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Exceptuando unos pocos capítulos, todos los apartados importantes de los anales de la revolución de 1848 a 1849 llevan el epígrafe de ¡Derrota de la revolución!

Pero lo que sucumbía en estas derrotas no era la revolución. Eran los tradicionales apéndices prerrevolucionarios, resultado de relaciones sociales que aún no se habían agudizado lo bastante para tomar una forma bien precisa de contradicciones de clase: personas, ilusiones, ideas, proyectos de los que no estaba libre el partido revolucionario antes de la revolución de Febrero y de los que no podía liberarlo la victoria de Febrero, sino sólo una serie de derrotas.

En una palabra: el progreso revolucionario no se abrió paso con sus conquistas directas tragicómicas, sino, por el contrario, engendrando una contrarrevolución cerrada y potente, engendrando un adversario, en la lucha contra el cual el partido de la subversión maduró, convirtiéndose en un partido verdaderamente revolucionario.

Demostrar esto es lo que se proponen las siguientes páginas.

Karl Marx, La lucha de clases en Francia



"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"






domingo, 14 de junio de 2009

El proyecto original de los Colegios de Ciencias y Humanidades


Tomado de la revista Los Tiempos Modernos



Frente al proyecto provatizador de las autoridades universitarias, el movimiento estudiantil habla de recupererar el proyecto original del cch. Sin embargo, dicho poyecto es desconocido por los propios militantes y activistas que dicen defenderlo. Con el fin de ofrecer argumentos y armas ideológicas al movimiento en contra del “Libro azul”, tiempos modernos ofrece a sus lectores el proyecto original del colegio de ciencias y humanidades tal y como lo concibió su creador, el rector Pablo González Casanova.



DISCURSO DE PROTESTA COMO RECTOR



Maestros y estudiantes de la UNAM, señoras y señores: Hoy continuamos una dura y noble tarea en la que nos han precedido maestros muy distinguidos y en la que nos sucederán otros más en un noble propósito: educar a la juventud, investigar los fenómenos naturales y humanos y difundir la cultura superior en el ámbito nacional.Ello supone, de un lado, que nuestra responsabilidad es transitoria y que debemos recordar en todo momento que antes que nada somos y seremos profesores, y que los puestos de dirección que ocupamos constituyen una etapa parcial de nuestra vida universitaria. Pero si esto es así, nuestra responsabilidad es parecida a la de los demás universitarios, profesores y es tudiantes que educan y se educan, que investigan y difunden la cultura.Hay algo mas, el verdadero profesor es aquel que sigue estudiando y el verdadero estudiante es aquel que también aprende a enseñar. No es esta una forma retórica. Un gobierno universitario implica sobre todo el uso de la razón, y el ejemplo de la conducta; pero si ese gobierno universitario, si supone una relación estrecha entre la razón y la moral para que sea gobierno universitario, si supone una relación estrecha entre la razón y la moral para que sea gobierno, para que sea políticamente viable, para que no resulte una ficción romántica e ilusa, se necesita que sea una gobierno en el que todos compartan la responsabilidad, en el que todos asuman la responsabilidad de regir su conducta y la conducta de la comunidad universitaria. En una casa de estudios, todos tenemos la responsabilidad de que nuestra casa sea casa y nuestros estudios alcancen el máximo rigor y las metas morales. Por ello la Universidad tiene que ser una comunidad en que profesores y estudiantes convivan y dialoguen permanente y profundamente sobre su especialidad profesional y sobre su especialidad humana. Desde un punto de vista práctico nuestra tarea universitaria de profesores y estudiantes consiste en hacer múltiples comunidades en nuestras escuelas, en nuestros institutos, en nuestros campos deportivos, en nuestras horas de recreo. Los profesores no podemos limitarnos a ser profesores de especialidad sino de carácter, de serenidad, de conducta.No debemos tampoco limitarnos a dictar clase o a investigar: necesitamos proponernos, como diaria tarea, la construcción de pequeñas comunidades de dialogo de generaciones, en formas practicas, viables, constantes que pensamos estimular ampliamente en el futuro y para las que pediremos sus ideas, sus opiniones, sus reflexiones, a estudiantes y maestros.Porque en todo caso en un gobierno universitario de seres que piensan, el mensaje siempre tiene que ir acompañado de la pregunta, y la pregunta del método para contestarla. ¿Qué Universidad queremos todos y cada uno de los universitarios? ¿Queremos realmente una gran Universidad, y en qué consistiría como tarea de enseñanza, de investigación, de difusión de la cultura superior y adopción de la cultura vernácula? ¿Queremos una reforma universitaria? ¿Y en qué consiste ésta? Sin duda en reformas académicas, de métodos y conocimientos, pero sobre todo e una reforma de las relaciones humanas, de las relaciones entre unos estudiantes y otros, entre profesores y estudiantes, que permitan alcanzar los objetivos principales de la Universidad hacia la que marchemos, una vez precisadas las metas.Precisemos las metas; asumamos pues la responsabilidad de decir que todos y cada uno de nosotros quiere realmente, decididamente, una gran Universidad, altos niveles técnicos, científicos, humanísticos y de organización. Y asumida esta precisa responsabilidad, compartamos los esfuerzos por alcanzarla, y pensemos en los mejores métodos ¿Son éstos necesariamente legales, y de que orden? ¿Son elementalmente cuantitativos? Todos queremos la democratización de la enseñanza, como apertura y también como una participación mayor en la responsabilidad y las decisiones universitarias por parte de los profesores y los estudiantes ¿Y para alcanzar esos objetivos vamos a pensar necesariamente en aumentar sin cambiar las aulas y los recursos, o en aumentar las aulas, en aumentar los recursos, e idear nuevas formas de utilizarlos, nuevas combinaciones que nos permitan enseñar a muchos y enseñar a un alto nivel? ¿No es necesario acabar con el misterio de lo que debe saber un hombre como especialista y como hombre? ¿No necesitamos decirles a los estudiantes que van a venir a la Universidad qué deberán saber para que los estudios que van a emprender sean fecundos, y para que no se desconcierten ante los acontecimientos necesarios para las profesiones que han escogido? ¿No necesitamos así difundir y publicar ante todos lo jóvenes lo que necesitan saber para que tengan éxito en sus estudios y no se vean paralizados por el temor y la zozobra? ¿No tenemos que difundir el material escrito y oral para que aprendan lo que deben saber, con nuestra orientación de profesores que hablan y de profesores que escriben? Muchos métodos hay para enseñar a grandes números de estudiantes y debemos estudiar la forma de implantarlos, y debemos implantarlos. Pero al mismo tiempo, la cultura superior exige más y más un conocimiento de los métodos de investigación y análisis, y a investigar, solo se aprende investigando.¿No debemos impulsar de una manera sin precedente los institutos de investigación humanística y científica, para que al lado de los investigadores experimentados trabajen los jóvenes que mañana serán investigadores?Todas las estadísticas indican que la enseñanza secundaria seguirá creciendo a tasa elevadas, y también la superior, y este hecho debemos contemplarlo con gran optimismo y sin ningún temor, pues temer que crezca la enseñanza media y la cultura superior en las nuevas modalidades técnicas y científicas es temer un México mas desarrollado y los universitarios debemos ser los primeros en no tenerle miedo al desarrollo de la Nación.Y si esto es así, ¿cómo resolver el problema si, a mas de los cambios en los métodos y formas de enseñanza para las grandes masas que quieren cultura superior, no contribuimos a preparar un numero de profesores, y a renovar los conocimientos de los antiguos profesores con los nuevos datos científicos, humanísticos, políticos, de un siglo que ha entrado en el ultimo tercio de su existencia y que varia con celeridad, en medio de crisis profundas, que tampoco debemos contemplar con miedo sino con esperanza? Los jóvenes que pierdan la esperanza perderán la juventud, y los adultos que no veamos en los jóvenes la esperanza de una humanidad mejor, perderemos el último residuo de nuestra condición humana.Los jóvenes deben tener la esperanza de poder aprender y de poder hacer, de poder actuar para una Universidad mejor y un México mejor. Nuestra tarea de maestros es enseñarles las virtudes de la serenidad para que cumplan sus propios designios, explicarles los requisitos que el conocimiento y el lenguaje racionales constituyen para el triunfo de sus propósitos, y respetar sus legítimos derechos a organizarse en las formas que consideren mas idóneas para alcanzar sus objetivos, formas que resuelven en la practica el problema de la representación estudiantil; organizaciones que transmitan el pensar y el sentir de las bases en formas inequívocas, sin falacia, y que permitan conocer sus perspectivas de jóvenes, de estudiantes y de ciudadanos, sin alterar la posibilidad de que esos jóvenes maduren en la conducta de si mismos, estudien a los niveles mas altos y sean ciudadanos que logren realmente hacer un México mejor.Pero en esta tarea de orientación de la juventud los profesores universitarios que trabajamos en la universidad no podemos estar solos, necesitamos el concurso de todos los mexicanos, universitarios o no, que desde fuera pero en el seno mismo de México nos exigen que hagamos una Universidad mejor. Ellos también tienen que hacer un México mejor, y si nosotros creemos que la razón y el derecho deben y pueden ser la norma del gobierno universitario, ellos deben contribuir a que la juventud crea en la razón y el derecho.Por eso nosotros, en la Universidad, con la serenidad, la razón y el derecho, estudiaremos a muy corto plazo las formas más idóneas para defender, con la razón y el derecho, a aquellos colegas y estudiantes que consideremos son inocentes de acuerdo con el derecho nacional y la razón nacional. Sin la comprensión de esta decisión nuestra y de su profundidad moral y política nadie podrá pedirnos que sigamos siendo maestros. Porque hoy existe entre muchos de nosotros – profesores y estudiantes- la idea de que la historia actual de México puede ser menos dolorosa, puede ser mas racional que en otras partes del mundo; nos basamos para sostener esta tesis en la lógica de la historia de México, que queremos difundir y propagar; pero si la realidad se opone sistemáticamente a nuestras tesis, muy difícil será, si no imposible, desconocer que otros tienen la razón, y que la lógica de nuestra historia, de lo que pensamos que es nuestra historia, ha variado o es distinta.Creemos que es posible hacer un mundo mejor para nuestros hijos con menos dolor, y por ello hemos asumido permanentemente nuestra responsabilidad intelectual y moral. Y estamos seguros de lograrlo, si la comunidad universitaria merece la comprensión de la comunidad nacional.En cualquier caso no se espere nunca –por elemental sentido común- que nuestra Universidad renuncie a sus decisiones autónomas en la designación de la autoridades, en la asignación de sus recursos, y en la programación de sus actividades académicas, ni se piense que la Universidad ideal pueda ser nunca un lugar de consenso pleno, que en nuestro tiempo significaría la desaparición del derecho de pensar y del derecho de organizarse. En la Universidad de siempre ha habido y habrá el derecho a la lucha ideológica y a la organización, al pensamiento racional con perspectivas ideológicas distintas, y a la organización de los seres pensantes de acuerdo con sus metas filosóficas, culturales,sociales.Nunca será así un acto meramente personal el de aquel universitario que ratifique nuestro derecho a la autonomía y a la libertad de cátedra y de investigación; será un acto esencial: sin autonomía y sin libertad de expresión y de cátedra no hay Universidad. Y vamos a hacer los universitarios mexicanos una gran universidad: vamos a respetar a la comunidad nacional y a exigir su respeto. Tenemos la confianza plena en los universitarios, y lo que es mas tenemos la confianza plena en el futuro de la nación y de la humanidad, es decir, en los pueblos y en los jóvenes.Y aquí en la Universidad, queremos que los estudiantes sepan que en esta casa se puede disentir, por que ni por edades ni, sobre todo por ideologías, el hombre de hoy puede siempre asentir, pero queremos enseñarles a disentir no por la violencia, sino por la razón, no por las discusiones erráticas, sino por las discusiones sistemáticas, lógicas, serias, profundas en que todos y cada uno de los participantes realicen un análisis y mejoren su capacidad de análisis no solo en los libros sino en el país, ni solo en el país sino en los libros y los laboratorios, para coincidir en un esfuerzo colectivo, en que todos y cada uno de los universitarios tendremos una gran responsabilidad, contribuir a que México sea un país mas culto y mas justo.[Pronunciado en la sesión conjunta de la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario, el 6 de mayo de 1970. Gaceta UNAM, vol. XIX, núm. 5 (15 de mayo, 1970), pp. 2-5.]



Hoy la Universidad da un paso muy importante al considerar un proyecto que tiende a fortalecer su carácter de Universidad. El Colegio de Ciencias y Humanidades resuelve por lo menos tres problemas que hasta ahora solo habíamos planteado o resuelto en forma parcial: Unir a distintas facultades y escuelas que originalmente estuvieron separadas. Vincular la Escuela Nacional Preparatoria a las facultades y escuelas superiores así como a los institutos de investigación. Crear un órgano permanente de innovación de la Universidad, capaz de realizar funciones distintas sin tener que cambiar toda la estructura universitaria, adaptando el sistema a los cambios y requerimientos de la propia Universidad y del país.De otra parte el Colegio de Ciencias y Humanidades, al nivel del bachillerato, permite la utilización optima de los recursos destinados a la educación; permite la formación sistemática e institucional de nuevos cuadros de enseñanza media superior; y permite un tipo de educación que constituye un ciclo por si mismo, que puede ser preparatorio, pero también terminal, también profesional, a un nivel que no requiere aun la licenciatura y que esta exigiendo el desarrollo del país.El ciclo de bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades, no solo va a generar una fructífera cooperación de todas las facultades y escuelas de la Universidad para la educación del joven y la formación de nuevos profesores, sino que va a liberar una serie de fuerzas para la educación.El plan de estudios propuesto es la síntesis de una vieja experiencia pedagógica tendiente a combatir el vicio que hemos llamado enciclopedismo, y a proporcionar una preparación que hace énfasis en las materias básicas para la formación del estudiante; esto es en aquellas materias que le permitan tener la vivencia y la experiencia del método experimental, del método histórico, de las matemáticas, del español, de una lengua extranjera de una expresión plástica. El plan hace énfasis en aquel tipo de cultura que consiste en aprender a dominar, a trabajar, a corregir el idioma nacional en los talleres de redacción; en aprender a aprender; a informarse, en los talleres de investigación documental; así como en despertar la curiosidad por la lectura, y en aprender a leer y a interesarse por el estudio de grandes autores. Pero el plan está igualmente abierto a fomentar las especialidades y la cultura del especialista; incluye algunas especialidades del mundo contemporáneo que son la estadística y la cibernética.Los cursos optativos previstos conducen al estudio de las profesiones, en tanto que sus materias básicas permiten que el alumno adquiera una gran flexibilidad y pueda cambiar de vocación, de profesión, así como aprender a combinar profesiones distintas y realizar actividades interdisciplinarias. Si nosotros pensamos en el México de la próxima década veremos que sin instituciones como el Colegio de Ciencias y Humanidades, la magnitud de problemas a los que se enfrentara la Universidad Nacional Autónoma de México la llevaría a sufrir graves crisis. Consideramos que no es necesario esperar a que vengan esas crisis para que se encuentren nuevas soluciones y se hagan las necesarias reformas. La selección previa al momento en que los estudiantes llegan a las ventanillas de la Universidad es excesiva, y no necesariamente académica, sino social y económica. En esas condiciones, un país como el nuestro y una Universidad Nacional como la nuestra tienen la obligación de plantearse el problema de liberar fuentes de enseñanza para atender a aquellos estudiantes deseosos de aprender y de ingresar a sus sulas: haciendo, al mismo tiempo, cuanto esfuerzo sea necesario para que realmente aprendan y para que aumenten día con día la seriedad y la profundidad de sus estudios humanistas, científicos y técnicos. La Universidad tiene que ser la fuente de innovación mas significativa y consciente de un país; de innovación deliberada, previsora, que no espera a la ruptura, a la crisis para actuar, que previendo las posibles rupturas y crisis actúe a tiempo, con serenidad, con firmeza, con imaginación y seriedad, abriendo a la vez nuevos campos, nuevas posibilidades, y mejorando sus niveles técnicos, científicos, humanísticos y de enseñanza.La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades constituye la creación de un motor permanente de innovación de la enseñanza universitaria y nacional, deberá ser complementado con esfuerzos sistemáticos que mejoren, a lo largo de todo el proceso educativo, nuestros sistemas de evaluación de lo que enseñamos y de lo que aprenden los estudiantes; presentándoles a estos nuevas posibilidades en trabajos técnicos, de oficios y de artes aplicadas, en que colabore la nación entera en una política de educación y de empleo cada vez más calificados.El Colegio de Ciencias y Humanidades abre nuevas perspectivas a la juventud, al magisterio, a los investigadores. La que ayer se presento en lo particular al H. Consejo Universitario se refiere a la enseñanza de nivel medio superior. Si es posible en este mismo año se propondrán nuevas opciones, en el orden profesional en las licenciaturas; sobre todo en algunas disciplinas que se presten a ello como las matemáticas aplicadas, las ciencias de la salud, profesiones de carácter típicamente interdisciplinario y que tienen por lo demás y tendrán en el futuro, un amplio mercado de trabajo; pero el esfuerzo del Colegio no puede quedar ahí, habrá de llegar a los estudios de posgrado y de investigación, coordinando por su cuenta, cuando así se lo encomiende la Universidad, o cooperando con la coordinación que las divisiones de estudios superiores y los institutos de investigación científica y humanística programen en el futuro, para el estudio de áreas y problemas que requieren el concurso de varias disciplinas como la psicología, la psicología social y la psiquiatría, como la geografía y las ciencias de la tierra, como los problemas de desarrollo regional y como tantas mas que seria difícil enumerar.Por todo ello el Colegio será el resultado de un esfuerzo de la Universidad como verdadera Universidad, de las facultades, escuelas e institutos como entidades ligadas y coordinadas y de sus profesores, estudiantes y autoridades en un esfuerzo de competencia por educar mas y mejor a un mayor numero de mexicanos y por enriquecer nuestras posibilidades de investigación en un país que requiere de la investigación científica, tecnológica y humanística, cada vez mas, si quiere ser, cada vez mas, una nación independiente y soberana, con menos injusticias y carencias.


Hoy la Universidad da un paso muy importante al considerar un proyecto que tiende a fortalecer su carácter de Universidad. El Colegio de Ciencias y Humanidades resuelve por lo menos tres problemas que hasta ahora solo habíamos planteado o resuelto en forma parcial: Unir a distintas facultades y escuelas que originalmente estuvieron separadas. Vincular la Escuela Nacional Preparatoria a las facultades y escuelas superiores así como a los institutos de investigación. Crear un órgano permanente de innovación de la Universidad, capaz de realizar funciones distintas sin tener que cambiar toda la estructura universitaria, adaptando el sistema a los cambios y requerimientos de la propia Universidad y del país.De otra parte el Colegio de Ciencias y Humanidades, al nivel del bachillerato, permite la utilización optima de los recursos destinados a la educación; permite la formación sistemática e institucional de nuevos cuadros de enseñanza media superior; y permite un tipo de educación que constituye un ciclo por si mismo, que puede ser preparatorio, pero también terminal, también profesional, a un nivel que no requiere aun la licenciatura y que esta exigiendo el desarrollo del país.El ciclo de bachillerato del Colegio de Ciencias y Humanidades, no solo va a generar una fructífera cooperación de todas las facultades y escuelas de la Universidad para la educación del joven y la formación de nuevos profesores, sino que va a liberar una serie de fuerzas para la educación.El plan de estudios propuesto es la síntesis de una vieja experiencia pedagógica tendiente a combatir el vicio que hemos llamado enciclopedismo, y a proporcionar una preparación que hace énfasis en las materias básicas para la formación del estudiante; esto es en aquellas materias que le permitan tener la vivencia y la experiencia del método experimental, del método histórico, de las matemáticas, del español, de una lengua extranjera de una expresión plástica. El plan hace énfasis en aquel tipo de cultura que consiste en aprender a dominar, a trabajar, a corregir el idioma nacional en los talleres de redacción; en aprender a aprender; a informarse, en los talleres de investigación documental; así como en despertar la curiosidad por la lectura, y en aprender a leer y a interesarse por el estudio de grandes autores. Pero el plan está igualmente abierto a fomentar las especialidades y la cultura del especialista; incluye algunas especialidades del mundo contemporáneo que son la estadística y la cibernética.Los cursos optativos previstos conducen al estudio de las profesiones, en tanto que sus materias básicas permiten que el alumno adquiera una gran flexibilidad y pueda cambiar de vocación, de profesión, así como aprender a combinar profesiones distintas y realizar actividades interdisciplinarias. Si nosotros pensamos en el México de la próxima década veremos que sin instituciones como el Colegio de Ciencias y Humanidades, la magnitud de problemas a los que se enfrentara la Universidad Nacional Autónoma de México la llevaría a sufrir graves crisis. Consideramos que no es necesario esperar a que vengan esas crisis para que se encuentren nuevas soluciones y se hagan las necesarias reformas. La selección previa al momento en que los estudiantes llegan a las ventanillas de la Universidad es excesiva, y no necesariamente académica, sino social y económica. En esas condiciones, un país como el nuestro y una Universidad Nacional como la nuestra tienen la obligación de plantearse el problema de liberar fuentes de enseñanza para atender a aquellos estudiantes deseosos de aprender y de ingresar a sus sulas: haciendo, al mismo tiempo, cuanto esfuerzo sea necesario para que realmente aprendan y para que aumenten día con día la seriedad y la profundidad de sus estudios humanistas, científicos y técnicos. La Universidad tiene que ser la fuente de innovación mas significativa y consciente de un país; de innovación deliberada, previsora, que no espera a la ruptura, a la crisis para actuar, que previendo las posibles rupturas y crisis actúe a tiempo, con serenidad, con firmeza, con imaginación y seriedad, abriendo a la vez nuevos campos, nuevas posibilidades, y mejorando sus niveles técnicos, científicos, humanísticos y de enseñanza.La creación del Colegio de Ciencias y Humanidades constituye la creación de un motor permanente de innovación de la enseñanza universitaria y nacional, deberá ser complementado con esfuerzos sistemáticos que mejoren, a lo largo de todo el proceso educativo, nuestros sistemas de evaluación de lo que enseñamos y de lo que aprenden los estudiantes; presentándoles a estos nuevas posibilidades en trabajos técnicos, de oficios y de artes aplicadas, en que colabore la nación entera en una política de educación y de empleo cada vez más calificados.El Colegio de Ciencias y Humanidades abre nuevas perspectivas a la juventud, al magisterio, a los investigadores. La que ayer se presento en lo particular al H. Consejo Universitario se refiere a la enseñanza de nivel medio superior. Si es posible en este mismo año se propondrán nuevas opciones, en el orden profesional en las licenciaturas; sobre todo en algunas disciplinas que se presten a ello como las matemáticas aplicadas, las ciencias de la salud, profesiones de carácter típicamente interdisciplinario y que tienen por lo demás y tendrán en el futuro, un amplio mercado de trabajo; pero el esfuerzo del Colegio no puede quedar ahí, habrá de llegar a los estudios de posgrado y de investigación, coordinando por su cuenta, cuando así se lo encomiende la Universidad, o cooperando con la coordinación que las divisiones de estudios superiores y los institutos de investigación científica y humanística programen en el futuro, para el estudio de áreas y problemas que requieren el concurso de varias disciplinas como la psicología, la psicología social y la psiquiatría, como la geografía y las ciencias de la tierra, como los problemas de desarrollo regional y como tantas mas que seria difícil enumerar.Por todo ello el Colegio será el resultado de un esfuerzo de la Universidad como verdadera Universidad, de las facultades, escuelas e institutos como entidades ligadas y coordinadas y de sus profesores, estudiantes y autoridades en un esfuerzo de competencia por educar mas y mejor a un mayor numero de mexicanos y por enriquecer nuestras posibilidades de investigación en un país que requiere de la investigación científica, tecnológica y humanística, cada vez mas, si quiere ser, cada vez mas, una nación independiente y soberana, con menos injusticias y carencias.



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