En el desarrollo del movimiento obrero y popular, el movimiento estudiantil ha tenido un papel importante. Sobre todo a partir del 68 los estudiantes han realizado innumerables luchas y combates, no sólo por demandas propias, sino que muchas veces en solidaridad con diversas luchas de los obreros, los campesinos y las masas populares.
Con una movilización casi continua desde hace muchos años, diversos sectores estudiantiles han aportado una cuota importante al conjunto del movimiento proletario. Han dado, sobre todo con sus luchas más brillantes, grandes impulsos al desarrollo general de la lucha de las amplias masas, han arribado a formas superiores de lucha particularmente a la huelga política y han desarrollado una creciente movilización política, han contribuido de manera importante en la difusión de las ideas socialistas entre las amplias masas y en el desarrollo de la conciencia de clase de los obreros; han logrado en muchas ocasiones incorporar a la lucha a diversos sectores obreros y han sido en no pocas ocasiones, el centro a partir del cual se han desarrollado grandes y envolventes movilizaciones de las amplias masas.
Sin embargo, resulta más o menos claro que todavía ahora arrastra una serie de debilidades, que, en general, son las mismas que aquejan al conjunto de la lucha obrera y popular.
La dispersión, la espontaneidad dominante con las que surgen y desarrollan la mayoría de las luchas estudiantiles, la aún fuerte dominación de las posiciones oportunistas y el débil desarrollo de la organización revolucionaria y de la organización representativa de los estudiantes, son las debilidades más marcadas que aquejan al movimiento estudiantil. La falta de una organización representativa, democrática, y la ausencia de una verdadera dirección revolucionaria, han determinado que aunque muchas veces el movimiento ha rebasado las posiciones oportunistas, pequeñoburgueses, y la política burguesa, ésta vuelva constantemente a ponerse al frente en muchos lugares.
En este sentido se ha venido planteando con cierta insistencia la tarea de conformar un movimiento estudiantil agrupado y organizado nacionalmente y permanentemente. Sectores estudiantiles han venido tratando de conformar organizaciones de tipo superior, verdaderamente representativas de los estudiantes, se han dado a la tarea de venir reconstruyendo organismos que años atrás fueron destruidos por la represión burguesa y por la dirección oportunista que se impuso, y han venido tomando fuerza diversos planteamientos en el sentido de impulsar la formación de una organización estudiantil a nivel nacional, capaz de aglutinar y dirigir las luchas de este sector.
Los comités de lucha, las brigadas, el Consejo Nacional de Huelga (CNH), Unión Nacional de Estudiantes Socialistas, (UNES), Organización Nacional de Estudiantes (ONE), (UPOME), MIRE, el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), el Consejo General de Huelga (CGH), son otros tantos intentos de organizar a nivel mas amplio al sector estudiantil. Ha construido diversos tipos de organismos, sobre todo a nivel de escuelas (comités de lucha, consejos, etc.,) muchos de los cuales se han tratado de conformar al tipo de los consejos de representantes.
Casi todos los organismos estudiantiles se reclaman marxistas, enarbolan las ideas socialistas, incluso adoptan formas organizativas representativas. Todo ello les permite jalar a bastantes activistas y captar simpatías en varias escuelas donde el movimiento estudiantil es más pujante. Una de las tareas que históricamente le ha correspondido al movimiento estudiantil es impulsar la lucha revolucionaria de los estudiantes organizados.
La actitud de los militantes revolucionarios y de los estudiantes proletarios es avanzar, contribuir, organizar la lucha estudiantil no sólo por demandas de carácter particular, sino también de carácter general junto a las amplias masas de trabajadores que luchan por derrocar al actual sistema capitalista de producción. Aprovechar todos los recursos y medios disponibles para avanzar en la construcción de una verdadera organización representativa, amplia y de combate, de los estudiantes. Todo esto, sobre la base de esclarecer el papel que tiene que jugar el movimiento estudiantil en la revolución socialista y los objetivos y tareas que en este periodo tiene el movimiento; de difundirlo entre las masas estudiantiles, de impulsar la articulación y unión de las diferentes luchas particulares, de deslindar permanentemente con la política de la clase en el poder y de enfrentar una guerra sin cuartel contra las posiciones oportunistas en el seno del movimiento estudiantil.
¿Qué tipo de organización debemos impulsar?
En primer lugar, una organización que parta de considerarlos como un destacamento más del proletariado, o sea, una organización que considere a los estudiantes no como pequeñoburgueses, no como capas intelectuales, ni como aliados de la clase obrera, sino como un destacamento del proletariado que es producto del propio desarrollo del capitalismo y cuyos intereses generales son los mismos que los del conjunto de la clase obrera: lograr la constitución de los proletarios en clase, derrocar la dominación burguesa e instaurar la dictadura del proletariado para construir el socialismo.
En segundo lugar, y en correspondencia a lo anterior, que la movilización estudiantil se enfoque siempre sometiendo los intereses particulares de los estudiantes a los intereses generales de la clase obrera.
En tercer lugar, que la organización se construya sobre la base de la movilización y para la lucha misma y no para crear membretes, parapetos o proyectos burocratoides.
En cuarto lugar, que se construya a la manera de los consejos de representantes, garantizando la representatividad de las masas, imponiendo los mecanismos para que éstas destituyan a sus representantes cuando éstos traicionen o no estén a la altura de las tareas del movimiento, garantizando la democracia proletaria en la organización y asumiendo la lucha no sólo por las demandas inmediatas de orden económico y político de las masas estudiantiles, sino impulsando principalmente la movilización política contra la burguesía y su Estado.
En quinto lugar, que aspiremos a la organización nacional estudiantil, cimentada en solidas organizaciones del movimiento a nivel de ciudades, regiones, estados, etc.
Por último, que nuestra labor encaminada a concretar los puntos anteriores deben ir acompañados a una férrea actividad para construir los organismos del partido, que pueden ser los comités de lucha, u otro tipo de organización partidista, en donde se aglutinen los elementos más destacados y conscientes del movimiento estudiantil. Esto último como una tarea básica para impulsar la consolidación de un proletariado estudiantil, que junto con el proletariado magisterial, agrícola, y bajo la dirección del proletariado fabril, marche con firmeza por el camino de la Revolución Comunista.
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