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Exceptuando unos pocos capítulos, todos los apartados importantes de los anales de la revolución de 1848 a 1849 llevan el epígrafe de ¡Derrota de la revolución!

Pero lo que sucumbía en estas derrotas no era la revolución. Eran los tradicionales apéndices prerrevolucionarios, resultado de relaciones sociales que aún no se habían agudizado lo bastante para tomar una forma bien precisa de contradicciones de clase: personas, ilusiones, ideas, proyectos de los que no estaba libre el partido revolucionario antes de la revolución de Febrero y de los que no podía liberarlo la victoria de Febrero, sino sólo una serie de derrotas.

En una palabra: el progreso revolucionario no se abrió paso con sus conquistas directas tragicómicas, sino, por el contrario, engendrando una contrarrevolución cerrada y potente, engendrando un adversario, en la lucha contra el cual el partido de la subversión maduró, convirtiéndose en un partido verdaderamente revolucionario.

Demostrar esto es lo que se proponen las siguientes páginas.

Karl Marx, La lucha de clases en Francia



"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"






martes, 26 de mayo de 2009

Sobre la cuestión agraria




Escrito por Jesús Valdez


Existe una dispersión teórica dentro de la izquierda en general en torno al concepto de campesinado, sector social al que muchos grupos autoproclamados "marxistas" lo tachan de todo, menos de revolucionarios, otros tachan al campesinado como clase incapaz de llevar adelante su propia política, a estos señores le preguntamos entonces ¿Cómo es que Emiliano Zapata desconoce a Venustiano Carranza por no llevar a cabo el reparto agrario en los hechos como punto programático de la revolución mexicana, es a este concepto al cual dedicaremos estos apuntes, no sólo como categorización sociológica, sino desde la perspectiva del campesinado como clase capaz de impulsar la revolución socialista.


¿Qué es una clase social?

De acuerdo con la terminología marxista, un grupo de individuos para reclamarse como clase social, deben jugar un papel en el proceso productivo. Así por ejemplo, en el Manifiesto Comunista podemos encontrar la categorización: Burgueses y proletarios. Posteriormente, en su obra El Capital, tomo I, Marx señala la génesis del capitalista industrial, que surge a partir del monopolio de las tierras, de las fábricas, engendrando a su paso el capital financiero y bancario. En esta misma obra nos expone elementos que desde su concepción comprenden al capital: Medios de producción que se componen de materia prima (recursos naturales en bruto o bien procesado), medios de trabajo (herramientas), que en su conjunto componen las fuerzas productiva, misma que unida a la fuerza de trabajo, compone el capital. En obras como revolución y contrarrevolución, señala el papel del campesinado dentro de la revolución alemana refiriéndose a ellos como obreros agrícolas.


¿En qué sentido podemos entender al campesinado como clase revolucionaria?

Los campesinos no son una clase ajena a la revolución socialista, debemos hablar de obreros agrícolas como aquellos que venden su fuerza de trabajo al capitalista (terrateniente) por una jornada laboral determinada (siempre que este obrero agrícola recibe un salario determinado), proceso en el cual reciben un salario determinado por diversos criterios que el capitalista agrícola decide.


El obrero agrícola, tras abonar la tierra (medio de producción), plantar la semilla mediante distintos instrumentos de trabajo (medios de trabajo), produce un nuevo valor mediante su trabajo (un plusvalor), mediante su fuerza muscular. Tras la realización de este plusvalor, se genera una mercancía con un valor superior a las mercancías originales (es decir algunas toneladas de frutas o vegetales, proceso en el que no está por demás decir, la naturaleza abona su “fuerza de trabajo” a pesar de no poseer conciencia o ser una clase en si, ni para sí). Es sabido que para el proceso productivo hay que tener dinero suficiente para comprar maquinaria, medios de trabajo, ser dueño de los medios de producción (el suelo y la maquinaria o instrumentos de trabajo mismos) y tener un capital dinerario por adelantado para pagar salarios.

Bajo el supuesto que la primera fase del proceso productivo (como ocurre con la mayoría de los capitalistas que rentan la fuerza de trabajo del campesino pobre para producir una cosecha) está realizada, se pasa al transporte de las mercancías y venta de las mismas al intermediario, donde el valor de la nueva mercancía plusvalorizada, debe ser superior al valor de las mercancías iniciales (salario y medios de producción que en suma componen las fuerzas productivas aunque en el sentido clásico son fuerza de trabajo adicionada a los medios de producción) que realizada la venta de la mercancía plusvalorizada, esta debería arrojar una cota de ganancia (descontando el precio de los salarios, maquinaria y en su caso, renta de la tierra). Esta cota de ganancia es repartida por el capitalista de manera desigual, en la que da al obrero agrícola la parte más minoritaria, dicho de otro modo: un salario de miseria, mientas se procura a sí mismo la mejor parte de la misma: un abuso contra el trabajador. Aquí la principal razón de fenómenos sociales como la toma de tierras (el equivalente a una huelga en las fábricas) por parte del campesino pobre, por ello, Marx en su folleto “Salario, precio y ganancia”, la lucha del obrero contra el capitalista consiste en la lucha por la plusvalía: la lucha por la parte no retribuida del trabajo, como comunistas y como zapatistas (quienes defendemos a Emiliano Zapata más que al Sub Comandante Marcos) debemos luchar por el reparto igualitario de la plusvalía en el campo, por la defensa de las organizaciones obreras del campo, por el control y gestión obrero de la tierra, como por la inclusión de estos compañeros en la lucha contra el capitalismo a nivel mundial, por un gobierno obrero.

Si revisamos la teoría de la revolución permanente, León Trotsky se encarga de desmentir toda esta campaña en contra de la teoría de la revolución permanente en general, hacia la persona de Dadidovich Trotsky en lo particular. Al día de hoy, organizaciones de corte estalinista como el Partido Comunista Español tienen documentos enteros dedicados a difamar a Trotsky; sin embargo la lectura de la Teoría de la Revolución Permanente y todas sus obras desmiente claramente esta falsificación.
El proletariado agrícola durante la revolución mexicana de 1910-21 y la revolución rusa de 1917

Actualmente, si dijésemos que el campesinado es una clase ajena al socialismo, deberíamos tachar de ajenos al socialismo al modo de producción ejidal en nuestro país (México), deberíamos echar por tierra el papel revolucionario de Emiliano Zapata y el reparto agrario durante la revolución mexicana. De hecho, la obra citada de Trotsky (la revolución permanente), como la política del partido bolchevique de junio a octubre de 1917. Un sector clave para el triunfo de la revolución de octubre, fue ganar a la mayoría del proletariado agrícola, pues el punto programático central del partido de los campesinos rusos (mayoritariamente pobres, el Partido Socialrevolucioario que como en todos tenía elementos ajenos al proletariado al menos en el aspecto económico, no ideológico) fue el reparto agrario. Este partido entró al gobierno de coalición que presidió Kerensky, los trabajadores rusos tenían demandas concretas:

- Reparto agrario
- Salida de Rusia de la Primera Barbarie Capitalista a Nivel Mundial (Conocida por la historia oficial como Primera Guerra Mundial
- Un mejoramiento del nivel de vida

Carlos Marx, en su Prólogo a la Crítica de la Economía Política señaló que la condición fundamental para que un sistema socioeconómico se pudiera mantener, era el punto hasta el cual puede desarrollar las fuerzas productivas. El zarismo con su aparato burocrático, la enana burguesía rusa, se encontraban en una situación en la cual debían expandir sus ganancias a partir de la rapiña imperialista, tenía que dar salida a su industria bélica (porque la guerra también es un negocio gigantesco) a costillas de las clases oprimidas de Rusia. La clase trabajadora rusa, al ver que sus demandas no eran satisfechas, decidió organizar manifestaciones masivas contra el gobierno provisional burgués de Kerensky, quien no sólo desobedeció el mandato de las bases al ascender al poder, sino masacró a los proletarios en junio de 1917. Ante tal situación, los obreros agrícolas y principalmente fabriles de Rusia incrementaron las manifestaciones contra su gobierno traidor apéndice de la clase dominante y el poder político del aparato feudal zarista; no está por demás decir que este gobierno provisional es una fórmula acabada del frente popular (que tiene sus fundamentos en la política del menchevismo: las clases dominantes, la inteligentsia son las clases más aptas para dirigir a toda la sociedad. Esta política fue combatida ampliamente por Lenin como por Trotsky durante toda su vida, el punto de disensión radica en los medios, los instrumentos de lucha que debía asumir el proletariado para vencer a los opresores.

Con esto queremos decir, que mientras para los mencheviques la clase dirigente radicaba en la inteligentsia, para Lenin y Totsky, el germen de la revolución socialista se encontraba en el proletariado agrícola como fabril. El punto de desacuerdo es el siguiente:

Mientras para Lenin era necesario un partido fuertemente centralizado, para Rosa Luxemburgo y para Marx, la clave y la base fundamental de la revolución socialista se encontraba en el proletariado que mediante acciones espontáneas debían aniquilar al opresor.

Por su parte, Trotsky sostiene todos estos puntos con la particularidad de que esta revolución se debía preparar desde el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) y principalmente la dictadura del proletariado asistido por el campesinado pobre. Trotsky, en su Teoría de la Revolución permanente asume esta consigna como medio de explicar a los obreros de todo el mundo que en la revolución socialista, el proletariado tiene un carácter dirigente. En contraparte, Lenin maneja la dictadura del proletariado y el campesinado pobre en su conjunto. Esto es cierto en tanto que existían soviets no sólo de obreros, sino de campesinos pobres quienes combaten abierta y radicalmente el cacicazgo y la propiedad privada de la tierra en grandes extensiones, es decir, contra individuos concretos que vienen siendo terratenientes, capitalistas del campo.

El desarrollo de los acontecimientos refuta o en su caso corrige las teorías de intelectuales revolucionarios, en la Revolución Permanente, Trotsky señala que su tesis es confirmada ante el levantamiento campesino de diciembre de 1917 contra el poder soviético, en particular contra el monopolio político del bolchevismo. Estas ideas son azuzadas por elementos anarquistas, como por elementos abiertamente burgueses que tienen una diferencia de principio fundamental, pues mientras para los anarquistas el sistema soviético tiene que ser defendido como un sistema de autonomías (mismo que defendieron tanto Lenin, Trotsky, y posteriormente secundadas por Ted Grant en su libro Rusia, de la revolución a la contrarrevolución), reclamando la no intromisión de elementos del partido bolchevique en los soviets de campesinos pobres. A su vez, los infiltrados de la burguesía aprovecharon este ambiente de aguas revueltas para preparar una insurrección general dedicada a aniquilar (asesinar física y políticamente) a todo el partido bochevique, lo que preparó la antesala de la guerra civil de 1918 a 1921 en Rusia, teniendo su continuación durante el ascenso al poder del “padre de todos los pueblos” Stalin, y su culminación en la restauración del capitalismo en Rusia.

Por supuesto, estas ideas son válidas para la Rusia de la época, sin embargo, ni Lenin, ni Trotsky dejaron testimonio escrito sobre los acontecimientos en México, donde los obreros anarquistas de la Casa del Obrero Mundial fueron utilizados para golpear y aniquilar a las tropas de Villa y de Emiliano Zapata. Zapata, por su parte, hizo hincapié (a pesar de no ser un marxista declarado) con magistral claridad que hermanos de clase (obreros agrícolas y fabriles) podían ser utilizados y manipulados por las clases y elites en el poder, para golpearse entre sí, debilitar su fuerza, permitiendo a estas (las clases dominantes) observar tranquilamente desde un balcón, como los hermanos de clase se destruyen entre sí, esto es aplicable también para toda la historia de las organizaciones obreras en el mundo.



Véase:
Karl Marx/Friedrich Engels
-Revolución y contrarrevolución

-Manifiesto del Partido Comunista

- El Capital

V.I. Lenin

- Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática

León Trotsky

- Resultados y perspectivas

-Teoría de la revolución permanente

Galería:





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