Volante AL PUEBLO DE MÉXICO

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Por Boletín Ciudadano

El pasado 11 de octubre de 2009, el gobierno federal de Felipe Calderón (Fecal) realizó la toma anticonstitucional de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LyFC), violando el artículo 27 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La política antilaboral del Gobierno Federal, ha rebasado los límites de la locura, pues tras dejar sin trabajo a miles de trabajadores de la Secretaría de la Reforma Agraria, ha descabezado buena parte de la industria eléctrica mexicana primero, dando concesiones a empresas privadas como Preneal, (que también ha comprado terrenos en Pachuca y Zacatecas) Endesa, Gamesa, Iberdrola (España), Électricité de France (Eléctrica de Francia) y General Electric (Estados Unidos), y vender acciones equivalentes a 5 mil millones de dólares de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicamos (PEMEX) al monopolista Carlos Slim Helú

las empresas Electricidad del Valle de México, Eoliatec del Istmo, Bii Nee Stipa Energía Eólica y Fuerza Eólica del Istmo suscribieron los compromisos de pago de la infraestructura necesaria para la interconexión al Sistema Eléctrico Nacional, los cuales generarán 163 megavatios en el Istmo de Tehuantepec, además la CFE se encargó de firmar contratos con Grupo Energético del Sureste (GES), de la familia encabezada por Manuel Carlos Mouriño Atanes, padre del difunto secretario de gobernación Juan Camilo Mouriño. El nivel de corrupción y traición contra el pueblo mexicano alcanza niveles realmente pornográficos

A principios de noviembre de 2008 ejidatarios de la zona promueven 180 demandas solicitando la nulidad de los contratos firmados con las compañías españolas y el Grupo Energético del Sureste (con vigencia de 30 años), para instalar aerogeneradores en 20 000 000 hectáreas a cambio de 150 pesos al año por cada hectárea, es decir un engaño traidor para los campesinos, al cabo de 15 años a los campesinos no les ha beneficiado en lo absoluto dicha cantidad, situación similar a la que se vivió en San Salvador Atenco donde con ejemplar ímpetu de lucha se logró derrotar la iniciativa gubernamental de Vicente Fox y empresas que le acompañaron. Cabe señalar que desde hace tiempo la comunidad científica de México alertó sobre la necesidad de generar electricidad

LAS MENTIRAS DE CALDERÓN

Calderón nos dice que las altas tarifas de luz son responsabilidad de los compañeros de LyFC, ¡sin embargo miente!. Esta es una artimaña para engañarnos, nos quiere dar gato por liebre, la tarifa de luz la impone la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de hecho, el SME ha sido un sindicato que ha estado en todas las luchas del pueblo mexicano en defensa de la dignidad de los pueblos, de la tierra, el empleo y el salario digno. Esta es la razón por la cual Calderón ha decidido desaparecer LyFC para establecer un régimen político de sistema asalariado, sin derecho a vivienda, educación, ni salud gratuitas para nuestro pueblo.

El presidente espurio nos miente desde el primer día que lo llevaron al poder los empresarios mexicanos y extranjeros que tienen en la mira toda la industria pública para robar lo que pertenece por derecho constitucional a los mexicanos. Tras la desaparición de todas las empresas públicas que contribuyen al fisco, el presupuesto de egresos federal se verá cada vez más reducido, esto dará más pretextos a Calderón para despedir a cientos de miles y quizá millones de trabajadores más, principalmente de nuestra mina de oro: Petróleos Mexicanos. Pero esto no es exclusivo para las empresas paraestatales, sino también para el sector fabril no estatal. Desde el año de 1982 la industria nacional se ha visto desmantelada de manera paulatina por ser considerada un peligro para los intereses mercantiles del vecino del norte, Estados Unidos. De tener México suficiencia alimentaria, productiva y tecnológica, un mercado se vería cerrado para los monopolios empresariales Estadounidenses, japoneses y alemanes. Lo que está en juego no es el nacionalismo, sino el régimen de propiedad, pues bajo el esquema de propiedad pública, las industrias tienen la obligación de donar sus ganancias al pueblo para proyectos educativos, financiar al campo, dar salud gratuita y de calidad. Sin embargo el Estado servil a la burguesía nacional y extranjera, ha venido desmantelando todos estos sectores quitándoles presupuesto para declararlos ineficientes, desaparecerlos y privatizarlos, pasando de la propiedad de todos, pasa a ser la de unos cuantos en detrimento de la gran mayoría.

Hoy es por el SME, mañana será por tu trabajo o el mío

Es tiempo de defender el derecho al empleo, la propiedad pública, pasando a expropiar todas las industrias privadas en manos de la oligarquía que ha llevado a la ruina a nuestro pueblo, esta generación sólo conocerá el desempleo, la miseria, la falta de salud y educación por no tener dinero para pagar una escuela privada, por falta de espacios para los estudiantes, por la falta de edificios y personal para dar funcionamiento, por no tener con que pagar una operación, por no tener trabajo y mucho menos posibilidades de conseguir alguno. Es así como Calderón y la burguesía fomentan la miseria y persiguen a los comerciantes por el simple hecho de trabajar para llevar un pedazo de pan a sus familias.

Camaradas: no tengan miedo, la fuerza real de la sociedad no está en el gobierno y sus lacayos, sino en los que hacemos que esta sociedad funcione: los trabajadores, la constitución misma lo declara en nuestro artículo 39: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno” por lo que las razones jurídicas están más que dadas para dichas consignas, consignas de corte comunista que a pesar de estar plasmadas en la Carta Magna, no son respetadas por la burguesía y los principales círculos de poder, será necesario hacer valer por la vía constitucional o anticonstitucional dichos principios, si FECAL no puede con el paquete, nosotros sí: ¡todo el poder al pueblo!