sábado, 23 de enero de 2010
Lecciones del juanitazo
Han pasado ya casi tres años y medio desde que se fraguó el fraude electoral contra AMLO, desde entonces, las estructuras del Movimiento en Defensa de la Soberanía, el Petróleo, y la Economía Popular ha visto signada su dirigencia por dedazo desde arriba, mostrando ineficiencia política en algunos casos gracias a la falta de formación, capacitación teórica y política, en 2006 no supimos estar a la altura del pueblo que pedía revolución. Esto refleja dos cosas: que los métodos con los que trabajamos son por demás primitivos, mismos que se han combinado con el espíritu de círculo, es decir, una falta de activismo político, pues en el caso de la Brigada 21, se escucha más al orador, cuando lo que deberíamos hacer es estudiar más y discutir más para que nuestro programa, nuestras acciones y nuestras propuestas sean mejores en la lucha cada día.
Es cierto que la mayor parte de las veces, el espacio es reducido para cederlo a las directivas de AMLO, pero la escasez de cuadros políticos forjados profesionalmente en el activismo cotidiano, ha llevado a que muchos de los que participamos cotidianamente, encontramos un marasmo que nos puede llevar a un callejón sin salida, de hecho en círculos como Tacuba, ya se puede notar claramente que existen elementos de descontento a raíz de la táctica puramente electoral y pacifista, que a decir de algunos sectores del movimiento, hemos quedado rebasados por los acontecimientos. Si somos auténticos opositores a los regímenes panistas y priístas, es el pueblo que sufre la crisis del empleo, la educación, el campo y el salario, nos guste o no, debe ser el pueblo quien debe hacerse de un programa de combate para derrocar al régimen. Dicen que los obreros somos tontos, que no debemos hacer política, esa es la tirada de la derecha. Que nos ocupemos en trabajar y producir, pero no en discutir, para qué ese trabajo rinda productos para todos. La burguesía y sus parlamentarios nos dicen, tú trabajas, y yo reparto. Tú luchas, yo recojo los votos, y cuando llego al poder, te traiciono. Debemos forjar elementos revolucionarios profesionales de tiempo completo, capacitados políticamente, electos de manera democrática y revocables en cualquier momento, pues los cuadros revolucionarios son precisamente eso, revolucionarios y no parlamentarios, del mismo modo, nuestro movimiento debe trascender la vía reformista para pasar a la vía revolucionaria, para ello son necesarios mecanismos revolucionarios. Esto es cien veces preferible que aceptar dirigentes provenientes de la derecha, del PRI, el empresariado, o el salinato.
Etiquetas:
Política
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