Boletín Revolucionario (Antes ciudadano a secas): REGENERACIÓN #1

¡ ¡ UNIÓN, SOLIDARIDAD Y FIRMEZA ! !

¡ CIENTOS DE MILES DE PUÑOS OBREROS, CAMPESINOS E INDÍGENAS PEGAN MEJOR QUE CINCO DEDOS !

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Exceptuando unos pocos capítulos, todos los apartados importantes de los anales de la revolución de 1848 a 1849 llevan el epígrafe de ¡Derrota de la revolución!

Pero lo que sucumbía en estas derrotas no era la revolución. Eran los tradicionales apéndices prerrevolucionarios, resultado de relaciones sociales que aún no se habían agudizado lo bastante para tomar una forma bien precisa de contradicciones de clase: personas, ilusiones, ideas, proyectos de los que no estaba libre el partido revolucionario antes de la revolución de Febrero y de los que no podía liberarlo la victoria de Febrero, sino sólo una serie de derrotas.

En una palabra: el progreso revolucionario no se abrió paso con sus conquistas directas tragicómicas, sino, por el contrario, engendrando una contrarrevolución cerrada y potente, engendrando un adversario, en la lucha contra el cual el partido de la subversión maduró, convirtiéndose en un partido verdaderamente revolucionario.

Demostrar esto es lo que se proponen las siguientes páginas.

Karl Marx, La lucha de clases en Francia

"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"

sábado, 20 de febrero de 2010

REGENERACIÓN #1

Por Laura Alcantara, GMR.

1. Las instituciones estatales

En resonadas y repetitivas discusiones, AMLO ha dicho “al diablo con las instituciones”, esto sería por principio una negación “anarquista” de cualquier tipo de Estado, sin embargo, el anarquismo en su retribución regresiva en alusión a los revolucionarios protagónicos de la transformación del feudalismo al capitalismo en la Francia de 1789, es decir los jacobinos, plantean la idea la “pequeña propiedad” y la libertad en lo abstracto.

Los comunistas, en contraparte, asumimos la libertad en lo concreto bajo la premisa de la desaparición de las clases sociales. La negación de cualquier tipo de institucionalidad es característica del “lopezobradorismo”, como del anarquismo sin principios; veremos más adelante que López Obrador asume un “anarquismo” demagogo y servil a los intereses del capitalismo que juega un papel de contensor en el movimiento obrero, así como también juega el papel de protector de la sacrosanta propiedad privada de la burguesía